lunes, 18 de abril de 2011

Otoños y otras luces


Aunque ya conocía todos sus poemas, el momento y modo en que este libro ha llegado a mis manos lo convierten en algo muy especial. Además, Ángel Gonzalez es, desde hace años, mi poeta preferido. En sus poemas no hay nada que entender, pero gustan más cuanto más se leen -son en eso como las pilas Duracell.

Ángel Gónzalez es cercano y en esa cercanía se encuentra una belleza en la que no sobra nada. Con él se viaja con lo imprescindible. La palabra pesa lo exacto y se sigue un rumbo claro, el del corazón, para llegar siempre al mismo destino, el sentimiento. Es Otoño y otras luces el último viaje del viejo profesor -dicen que el mejor.

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